257 Poemas cortos
CREPÚSCULO
Intuyo tu presencia.
Silencio de tu voz.
Vives en el paisaje.
Pura prolongación.
Nos llaman. Despertamos.
Van tus cabellos sueltos
-estandartes de sol-
comandando los vientos.
Los caballos galopan
y la tarde agoniza.
¿Brisa? Ciclón al frente
de rosas amarillas.
Incógnito
Mirando desde lejos, aguardo por ti, aun cuando quisiera ser como el ladrón y robarte de él, solo espero, aguardo incógnito en las sombras de los miles de sentimientos que tengo por ti, y que tu aun no notas...pero llegara el día que no tenga que ser como el ladrón, sino como el guardián que cuidara del gran tesoro que otro perdió.
TRASMUNDO
Más allá del deseo y su luz torpe,
más allá de la risa, al otro lado
de ese instante sin tiempo o la nostalgia,
lejos de la razón, de la locura,
más allá de mí mismo, de la vida,
tan inútil, tan vieja conocida,
más allá de estos sueños, de esta muerte:
tras de la sombra en llamas de tus ojos.
MANHATTAN
En medio del invierno pensativo
Manhattan
seguía siendo en mi cabeza
sólo una canción,
para recordar a un hombre.
NINGUNO
Tal vez soy un niño:
los muertos le causan pavura.
Sin embargo, a la muerte le clama
soltarlo de toda criatura
-niño, árbol, bestezuela-
de tantas cosas en que pulsan
corazones roídos de tristeza.
Es que no tiene ya qué dar
y las calles oscuras están,
y no encuentra, Señor, ser alguno
que logre, a tu vera,
ponerlo a sollozar.
Ella
Camino por la calle y en cada semáforo me detengo... Sigo caminado, ahora observo el pequeño parque y me siento en esa pequeña banca...compro un helado de fresa... hago esto todos los días para recordar como no nos deteníamos en semáforos solo corríamos hacia el otro lado...como nos sentábamos en cualquier lugar y sobretodo... compro ese helado para recordar el sabor de tus besos.
CRISIS
Tu voz parece de otro tiempo,
ya no tiene aquel tono cálido
de antes, ni la complicidad
de siempre, sólo son palabras
y su afecto es ahora discreto:
en tus mensajes ya no hay mensaje.
Son tus brazos mi abrigo
Son tus brazos mi abrigo
en las noches sombrías
que buscan estar protegidas
por la tristeza de la vida.
Ya ni el llanto cohíbe,
ni el corazón resiste,
porque es un mar que nació
con las lagrimas que han salido,
de tu mirada mendigo.
Son tus brazos mi abrigo,
en la poesía que recito...
Autora: Anély
COAGULA
También tu
herida, rosa.
Y la astada luz
de tus búfalos rumanos
en lugar de una estrella
sobre el lecho de arena,
en el émbolo que habla,
el superrojoceniciento.
GRACIAS A EL DESTINO ESTAMOS JUNTOS...
Gracias a el destino estamos juntos, el universo nos puso en el camino del otro para que ambos saliéramos de la obscuridad y al ritmo de las notas de soledad bailáramos juntos sin volver atrás, y así acompañados estar por la eternidad
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